Resina o especia aromática usada para sanar heridas (Gén. 43:11 Jer. 8:22 46:11 51:8). El arbusto que
producía la resina con la cual se preparaba el bálsamo crecía tan
abundantemente en Galaad en la época del Antiguo Testamento que llegó a
conocerse como “bálsamo de Galaad” (Gén. 37:25 Ezeq. 27:17).
TAL vez haya oído hablar de un personaje bíblico llamado José,
cuya historia se halla en el libro de Génesis. Este joven fue vendido por sus
hermanos a una caravana de mercaderes ismaelitas que iban de Galaad a Egipto. Uno
de los valiosos artículos que transportaban en sus camellos era bálsamo.
De esta historia se deduce que el bálsamo de Galaad era muy apreciado en
el antiguo Oriente Medio. De hecho, se valoraban mucho sus propiedades
curativas.
Siglos después, el profeta Jeremías preguntó con tristeza:
“¿No hay bálsamo en Galaad?” (Jer. 8:22
). Ahora bien, ¿a qué bálsamo se refería? ¿Podemos beneficiarnos de algún modo
de sus virtudes?
El bálsamo en tiempos bíblicos
Un bálsamo es una resina aromática y aceitosa que producen
ciertos árboles y arbustos. El aceite balsámico, considerado un lujo en
Oriente Medio, se usaba para fabricar incienso y perfumes. De hecho, era
uno de los ingredientes del aceite santo de unción y del incienso que los
israelitas emplearon en el tabernáculo poco después de salir de Egipto (Exodo.25:6). Además, fue uno de los lujosos regalos que la famosa reina de Saba (o
Seba) obsequió al rey Salomón (1 Reyes 10:2, 10). Asimismo, la joven judía Ester recibió un
tratamiento de belleza y masajes por “seis meses con aceite balsámico” antes de
presentarse ante el rey persa Asuero (2:12).
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